Otro año más, el milagro ha sucedido. Más de ochocientas personas en situación de pobreza, se han sentado ha cenar para disfrutar de un menú elaborado por un grupo de cuarenta cocineros de categoría internacional. Por segundo año consecutivo el COVID19 nos ha obligado a cambiar la modalidad y que la cena se celebre en las casas de los invitados, pero no por esto ha disminuido la alegría y la ilusión con la que los invitados participan de este gesto.

En la logística de distribución de las cenas a cada familia, voluntarios de la Fundación La Caixa se han ocupado de entregarlas compartiendo unos minutos de diálogo con todas ellas. Ha sido una noche de alegría y esperanza en la que todos han disfrutado con una cena “para príncipes”.

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